El 18 de mayo, el actor estadounidense Matthew McConaughey fue el orador principal durante la graduación de la Generación 2015 de la Universidad de Houston. El ganador del Oscar compartió con los recién graduados 13 lecciones que ha aprendido durante su extensa vida profesional. Y lo que dijo tiene que ser compartido.
En Heroísmo Agonizante 101 publicaremos cada sábado por trece semanas – cada una de las “13 Lecciones Aprendidas por McConaughey”.
Lección 10.
El techo es algo creado por el hombre.
3 de enero de 1993. Son las finales del fútbol americano profesional de la NFL. Juegan los Houston Oilers contra los Buffalo Bills. Al medio tiempo, los Oilers ganan 28 a 3. Al principio del tercer cuarto, van ganando 35 a 3. Los Bills de Frank Reich hacen uno de los regresos más grandes en la historia de la NFL, ganando 41 a 38 en tiempo extra. Sí. Los Bills ganaron. Pero en realidad ellos no vencieron a los Oilers. Los Oilers perdieron ese juego. Ellos se vencieron a sí mismo.
¿Porqué? Por que al medio tiempo ellos se construyeron un techo, un límite, una techadumbre sobre su creencia en ellos mismos. Le llamaban «la defensa preventiva«. Quizá comenzaron a pensar en su próximo rival durante el medio tiempo. Durante toda la segunda mitad del partido, jugaron a medias, perdieron el control mental y se acabó. Perdieron. En tan sólo dos cuartos, el coordinador defensivo pasó de ser llamado «Coordinador Defensivo del Año» y «el primer candidato a convertirse en Entrenador en Jefe» a ser un hombre sin trabajo en la NFL.
¿Alguna vez se han atragantado? Ya saben a lo que me refiero. A perder el balón en la última yarda, a perder el habla cuando te pasan el micrófono, a tener un vacío mental cuando te pasan el examen para el que estudiaste tanto, a olvidar el chiste principal frente un auditorio de cuatro mil estudiantes que se gradúan de la Universidad de Houston. O quizá se hayan dicho «Las cosas no se pueden poner peor ¿En realidad merezco esto?»
¿Qué sucede cuando uno se siente así? Nos ponemos tensos. A veces sentimos esa experiencia extracorporal donde vemos las cosas que nos pasan como si le estuvieran sucediendo a otras personas. ¿Alguna vez se han sentido así? Yo sí.
Eso sucede porque hemos creado un techo ficticio, un límite a nuestras expectativas sobre nosotros mismos. Un límite donde que todo es demasiado bueno para ser verdad. Pero no lo es. Y no es nuestro derecho decir o pensar que algo es demasiado bueno para nosotros.
No deberíamos imponernos ese tipo restricciones a nosotros mismos. Una medalla, una estatua, una calificación, una gran idea, el amor de nuestra vida, un momento de euforia. ¿Quiénes somos para creer que no nos merecemos o que no nos hemos ganado esas cosas cuando las obtenemos?
No es nuestro derecho.
Pero si nos mantenemos dentro de un proceso de disfrutar lo que estamos haciendo, nunca nos atragantaremos cuando las cosas estén saliendo bien. ¿Saben por qué? Porque no estaremos pensando en el final, no estaremos mirando el reloj, no estaremos viendo nuestra propia imagen en la pantalla mientras estemos a la mitad de nuestro espectáculo. No. Estaremos en el proceso. La aproximación es el destino. Y uno nunca ha terminado.
Bo Jackson, el gran corredor, pasaba sobre la línea de gol, cruzaba la zona de anotación y llegaba hasta el túnel de salida. Los grandes tiradores del mundo no apuntan al objetivo, apuntan a lo que se encuentra al otro lado.
Hacemos nuestro mejor esfuerzo cuando nuestro destino está más allá de lo que podemos medir, cuando nuestro alcance excede lo que podemos abarcar, cuando tenemos finales que pueden ser inmortalizados.
Cuando hacemos eso, la carrera nunca termina. El viaje no tiene que llegar a un puerto. La aventura nunca acaba porque siempre nos encontramos en el camino. Hagan eso. Dejen que la gente les toque el hombro y les diga «Ey, lo lograste». «Ey, ganaste». Deja que vengan y te digan, «Oye, ya es hora de ir a casa». Deja que te digan, «Yo también te amo». Permite que te susurren, «Gracias».
Tenemos que derribar los techos que hemos puesto sobre nosotros y siempre jugar como los no-favoritos para ganar.
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El reto semanal: ¿Qué límites te has autoimpuesto? ¿Cómo te han afectado? Cuéntanos.
Veremos.
Traducido por Rogelio Rivera Melo.
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Por si te perdiste las lecciones anteriores, aquí está el link:
13-lecciones-por-mcconaughey (1/13)
13-lecciones-por-mcconaughey (2/13)
13-lecciones-por-mcconaughey (3/13)
13-lecciones-por-mcconaughey (4/13)
13-lecciones-por-mcconaughey (5/13)
13-lecciones-por-mcconaughey (6/13)
13-lecciones-por-mcconaughey (7/13)
Yo también soy el que soy. 
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